lunes, 17 de agosto de 2009

COSAS QUE NO ME GUSTAN (1)

¿Os ha ocurrido alguna vez que vais en el tranvía o en el autobús y os encontráis con alguien con los pies descalzos subidos en el asiento de enfrente? Por qué lo hacen? Es necesario? Que lo hagan en su casa no me importa, pero podrían pensar que luego yo me voy a sentar en ese asiento, igual no me hace ilusión asentar mis posaderas donde antes otro ha estado refregando sus pies, llamadme raro…

Y luego están los que pretenden demostrar (más bien mostrarnos) sus músculos por el método de hacer con la barra horizontal del autobús o del tranvía ejercicios más propios del entrenamiento de los GOE’s de Rabasa que de un medio de transporte público; los que me conocéis ya sabéis que no le deseo a nadie ningún mal en concreto, pero si un día el tranvía frena de repente y el Rambo de turno se mete una leche, me voy a estar riendo durante horas…

Igual es la edad, ya sabéis que cuando uno se hace mayor, cada vez más cosas le molestan y todo eso, pero yo creo que es simplemente una cuestión de educación, ni a mí ni a nadie de mis conocidos con los que he compartido bus o tranvía se les ha ocurrido nunca emular a Vin Diesel (ahora que lo pienso, tampoco es que ni yo ni mis amigos tenemos unos brazacos como los de Rafa Nadal, igual eso tiene algo que ver en nuestra decisión de no hacer el ridículo doblemente), ni tampoco ponemos nuestras extremidades inferiores al alcance de cualquiera, para eso somos muy nuestros, faltaría más…